LOS CUÑADOS LOS CARGA EL DIABLO
CAPÍTULO 1
Nuestra intención de dejarlo abandonado en una gasolinera ya era firme.
Se había presentado en casa, como viene siendo habitual desde que me casé con su hermana, a mediados de julio, unos días antes de empezar nuestras vacaciones. En su bolso en bandolera traía envuelta en papel de periódico una figurita de Lladró, como viene siendo habitual desde que quiere pedirnos algo, o sea, desde que me casé con su hermana. Estoy convencido de que nuestro trastero alberga la mayor colección del mundo de figuritas de Lladró. Las tenemos todas: la bailarina, la pareja de enamorados, la pareja de grullas airosas, la dama de la Corte española, el conejito atento, el esplendor primaveral… Todas... Entre su afición por las esculturas horripilantes y su desmedida obesidad, no me extrañaría nada que en su vida anterior hubiera sido una rotonda.
“Pasaba por aquí…”
Si en la mayor parte de las culturas avanzadas la expresión “descontrolado e inminente ataque bacteriológico” causa un pánico generalizado, en nuestro caso era la expresión “pasaba por aquí” en boca de mi cuñado la que provocaba el mismo efecto.
Luego vendría el comentario sobre que hacía mucho que no sabía de nosotros (concretamente, desde el sábado, que vino a ver el partido de fútbol en la televisión y a vaciarnos el mueble bar, no necesariamente por ese orden), y que tenía que contarnos una cosa tremenda que le había pasado…
“…y me he dicho, voy a hacer una visita a mi hermanita y a mi cuñado que hace mucho que no sé de ellos…”
“¿Qué te ha pasado?”, pregunté yo por ir abreviando.
“Buf, ni te imaginas…”
Claro que me lo imaginaba. Lo de todos los años: que unos amigos de un amigo suyo le habían dejado tirado y que se había quedado sin plan para las vacaciones y sin dinero, porque había tenido que adelantar la reserva para el crucero por el Mediterráneo que pretendían hacer…
“…Resulta que unos amigos de un amigo mío…”
“Que te han dejado tirado, ¿no?...”
“¿Y tú cómo lo sabes?”
“Intuición femenina…”
-------------------------------------
(Este es sólo el comienzo de la mejor novela del año... Vale que todavía me quedan por escribir las doscientas páginas restantes pero, oye, no está de más que las editoriales vayan haciéndose a la idea, ¿no?)
Se había presentado en casa, como viene siendo habitual desde que me casé con su hermana, a mediados de julio, unos días antes de empezar nuestras vacaciones. En su bolso en bandolera traía envuelta en papel de periódico una figurita de Lladró, como viene siendo habitual desde que quiere pedirnos algo, o sea, desde que me casé con su hermana. Estoy convencido de que nuestro trastero alberga la mayor colección del mundo de figuritas de Lladró. Las tenemos todas: la bailarina, la pareja de enamorados, la pareja de grullas airosas, la dama de la Corte española, el conejito atento, el esplendor primaveral… Todas... Entre su afición por las esculturas horripilantes y su desmedida obesidad, no me extrañaría nada que en su vida anterior hubiera sido una rotonda.
“Pasaba por aquí…”
Si en la mayor parte de las culturas avanzadas la expresión “descontrolado e inminente ataque bacteriológico” causa un pánico generalizado, en nuestro caso era la expresión “pasaba por aquí” en boca de mi cuñado la que provocaba el mismo efecto.
Luego vendría el comentario sobre que hacía mucho que no sabía de nosotros (concretamente, desde el sábado, que vino a ver el partido de fútbol en la televisión y a vaciarnos el mueble bar, no necesariamente por ese orden), y que tenía que contarnos una cosa tremenda que le había pasado…
“…y me he dicho, voy a hacer una visita a mi hermanita y a mi cuñado que hace mucho que no sé de ellos…”
“¿Qué te ha pasado?”, pregunté yo por ir abreviando.
“Buf, ni te imaginas…”
Claro que me lo imaginaba. Lo de todos los años: que unos amigos de un amigo suyo le habían dejado tirado y que se había quedado sin plan para las vacaciones y sin dinero, porque había tenido que adelantar la reserva para el crucero por el Mediterráneo que pretendían hacer…
“…Resulta que unos amigos de un amigo mío…”
“Que te han dejado tirado, ¿no?...”
“¿Y tú cómo lo sabes?”
“Intuición femenina…”
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(Este es sólo el comienzo de la mejor novela del año... Vale que todavía me quedan por escribir las doscientas páginas restantes pero, oye, no está de más que las editoriales vayan haciéndose a la idea, ¿no?)
24 comentarios:
Pinta muy bien! sigue sigue!! animo aunque dé ganas de abandonrlo en la gasolinera al primer capitulo. Buenos dias!
He llegado a tu blog por casualidad pero por causalidad me voy a quedar. Qué panzada de reír me he pegado. Hasta estaba convencida que el libro ya estaba editado y fíjate que me lo estaba anotando en los pendientes!!. En fin, voy a navegar un rato por tu blog, que en estos momentos complicados del mundo la risa, el ingenio y la imaginación son valores necesarios y muy preciados.
Lladró, rotondas... uh
Me gusta mucho el clima horripilante del relato. Publícalo aquí please.
Es del género del pánico.... no??
Lo digo porque si sale el cuñado y es va a ser la foto de portada...
Pero sigue, sigue...
a ver si la novela va a ser de asesinatos... seguro que en esa barriguita cabéis tú y la Lladró bailarina (vista como arma del crimen) de sobra . Tu cuñado, que parece bastante plasta pero sencillo acabará confesando: melohecomido!!! y tu mujer presa de un descontrolado ataque de angustia se irá a vivir a la gasolinera. ey!! sólo es un decir literario, no creas que te deseo un final entre jugos gástricos...
Muy bueno lo de la rotonda. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid propongo un concurso de rotondas con estatuas. Aquí va mi contribución: la "patata" en Zornotza-Amorebieta
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/
multimedia/fotos/12886.html
jjajajajajaja, yo me la compraría...no te quepa duda...bueno me la compraria si pudiese ahorrar para ella :D Saúdos meu
Las figuritas de Lladró, el osito de Tous, las fotografías de bebés metidos en macetas de no me acuerdo quién es la fotógrafa son algunos de los objetos que tendrían que estar metidos en los museos del horror!!
Ese primer capítulo promete!
Estoy ansiosa por ller los siguientes..
Martuki, todo se andará... :-)
Mandrágora, encantado de que te quedes. Sírvete a gusto, hay cerveza de sobra ;-)
Moderrunner, hablando de cuñados sólo se puede hacer desde un punto de vista horripilante a todas luces :-)
Merce, puro pánico sin destilar... Ponte en lo peor... :-)
I.blondie, si existe el infierno debe ser muy parecido al contenido del estómago de mi cuñado... ;-)
Matxorri, algo así hicieron la temporada pasada los de "El Hormiguero". Era para salir corriendo... :-)
An, de aquí a que la termine tienes tiempo de sobra para ir ahorrando ;-)
Maya, muchas gracias, pero yo no respondo de los efectos colaterales que pueda tener la lectura de la novela en vuestros cerebros... ;-)
Y a mí que los cuñaos me caen casi tan bien como los que no llevan cuños...
Jajajaja....lo siento,pero es de película,menudo tiene que ser!
¿Con un cuñado asío quién quiere inimigos?
Novelda, ¿te mando al mío? Yo pago los portes... ;-)
Ana, exacto. Mis enemigos huyen en cuanto lo ven... :-)
Esa panza es una broma...¿no?
Venga, va....¿tu cuñado existe de verdad?
Pobriño, seguro que se siente marginado y abandonado por todos, seguro que de pequeño fue un niño gordito y se reían de él en clase, seguro...
Y la afición a las figuras de Lladró, de dónde le vendrá, de eso de la otra vida como rotonda? Ahhh, chí lo sa! Podrías investigar, aunque reconozco que no te entusiasme bastante.
Tu mujer, la pobre no se libra del hermano ni en sueños eh? Y encima te lo pasa a ti como bienes gananciales!
Vaya, vaya... tendrás que ir pensando seriamente lo de la gasolinera, aunque...
Anabel, sólo te diré que yo no uso el Photoshop... :-)
Edurne, no sabes lo peligroso que es abandonar a un pirómano en una gasolinera... Lo contaré en la novela... como un servicio público a la Humanidad :-)
Menuda curva de la felicidad. Puede que tu cuñado sea un artificio literario que te catapulte al éxito, pero como tu novela esté basada en hechos y personas reales, todo los royalties que saques se te van a ir en mueblebares :-)
Food, ¿tú sabes cómo puedo ir negociando un adelanto? Es que tengo el mueble bar pelao... :-)
Buen comienzo y continuación.
Si hacemos engordar a Javier Cámara lo veo en el papel de cuñado para la película, sino podemos recurrir Santiago Segura... y si andamos bajos de presupuesto... pues a Florentino Fernández :-)
Si es que la profesión de cuñado es peligrosa, se mire por donde se mire... buen principio, a ver si la sigues.
Uno, lo ideal sería un cruce entre Torrente y un cartón de Don Simón caducado...
Cosecha, seguiré, no lo dudes: hay mucho que denunciar ;-)
PROMETE!!
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